Sólo el dos por ciento de la población infantil usa gafas de sol para protegerse de los rayos UVA, según los expertos

A pesar de que los niños son una población con alto riesgo de daño solar cuyos efectos aparecerán en el futuro, sólo el dos por ciento de la población infantil usa gafas de sol, alertó hoy la Fundación Afflelou Óptico.
Una de las razones que esgrimen los expertos en óptica sobre esa situación es la negativa de los propios padres, quienes las consideran "sólo para adultos" sin tener en cuenta que el 80 por ciento de la radiación solar que penetra en nuestros ojos y que puede provocar daños en nuestra visión se recibe antes de los 18 años.
"Los niños están expuestos a un mayor riesgo, ya que sus sistemas oculares están menos desarrollados y reciben más radiación solar que los adultos", explica Jesús Muñoz, óptico-optometrista de Alain Afflelou. En este sentido, los daños a corto plazo pueden producir quemaduras solares que se presentan en los más pequeños con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos.
"Indudablemente en muchos casos no se producirá un proceso de quemadura corneal o de quemadura retiniana aguda pero todos están exponiendo sus ojos al efecto de la radiación", afirma la oftalmóloga de la Clínica Ruber, la doctora Teresa del Río. A largo plazo, el daño es más severo y puede afectar a distintas partes del ojo: desde una quemadura hasta un efecto cancerígeno en la piel de los párpados que se manifestará con el tiempo.
Además, se pueden producir alteraciones agudas de la córnea, lesiones degenerativas como la degeneración esferoidea y el perigión, así como quemaduras agudas en la retina, situación grave ya que daña la visión de forma severa y permanente. Igualmente, se ha relacionado la radiación solar como factor de riesgo de la degeneración ocular con una prevalencia cada vez mayor en nuestro país.
Para evitar estas lesiones en los más pequeños los expertos recomiendan llevarlos provistos de sombrero y gafas de sol siempre que vayan a estar en contacto con el sol; nunca ni siquiera con protección, exponerlos al sol entre las 12 y las 16 horas; en la playa tratar de proteger aún más los ojos del sol ya que la arena blanca refleja hasta el 15 por ciento de la radiación solar; y sobre todo no exponer al sol directamente a los niños menores de 12 meses.
"La protección solar infantil es una medida que se puede llevar a cabo fácilmente y reporta grandes beneficios", señala Del Río. Además, considera que es necesario "romper las actuales barreras de percepción y desconocimiento que existen entre la población española" al tratarse de un tema "de gran importancia socio-sanitaria".
Fuente: http://salud.terra.es/
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